Uno de los caminos en la labor de educar es, sin lugar a dudas, enseñar las habilidades de lectura. El mundo de hoy, a pesar de caracterizarse por la suculenta y continua emisión de información a través de la radio, televisión y experiencias multimedia, no tiene la capacidad para educar a las personas por ninguna de estas vías como lo hace a través de la habilidad lectora.
La lectura proporciona cultura, actúa sobre la formación de la personalidad, es fuente de recreación y de gozo. La lectura constituye un vehículo para el aprendizaje, para el desarrollo de la inteligencia, alienta y fomenta las habilidades de pensamiento creativo, brinda oportunidades para que puedan crecer y desarrollarse mentalmente, aumenta la lengua y el desarrollo del vocabulario, y además, como el lector podrá apreciar en la presente obra, la lectura contribuye en la mejora de la calidad y la participación en la vida social, proporcionando asimismo estrechas relaciones interpersonales.
Fernando Gómez Mancha, el autor de la obra, como apasionado de la lectura, profesional de la educación física y, sobre todo, educador, bien sabe de la importancia de la lectura y la escritura como condiciones necesarias para la formación de ciudadanos integrales, es decir, personas solidarias, tolerantes, cívicas, sanas, humanas y democráticas.
Fernando, persona y trabajador admirable, es un generador continuo de asombros, entre otras muchas cosas, por la naturalidad y motivación con la que afronta su incesante e incansable labor de fomento de la lectura llevada a cabo desde sus comienzos como docente, tal y como manifiestan sus múltiples relatos y libros publicados (y los que están por llegar), las innumerables participaciones en proyectos literarios promovidos por compañeros/as, o la creación y dirección ininterrumpida hasta la fecha de la revista literaria del centro educativo IES Jacarandá (Brenes), al cual pertenece desde el año 2001. Ello, sin lugar a dudas, está relacionado con el ambiente familiar de lectura en el cual vivió y se desarrolló como persona.
El amor por la lectura nace, pues, en el seno de una atmósfera familiar que apoye el fomento de la misma. La lectura es un hábito, y como tal es necesario formarlo.
Misión Infofible es una obra genial, intrépida, amena, divertida, formativa, donde once amigos, los “Ousians ileven”, deciden al descubrir en una clase de educación física la relación entre el IMC (Índice de Masa Corporal) y la salud, ayudar a su amigo Fofó, que sobrepasa ampliamente los valores marcados por dicho índice. Conscientes de la importancia de la misión, éstos establecen, al más puro estilo de un libro de intriga, un plan premeditado y no conocido por Fofó, con objeto de que éste adquiera los conocimientos, las actitudes y los hábitos básicos para la defensa y la promoción de su salud, pero de manera inconsciente y natural, preparándolo paulatinamente para que adopte un estilo de vida lo más sano posible y unas conductas positivas de salud.
La singularidad y originalidad del trabajo, se halla en la búsqueda de la creación de hábitos dietéticos saludables que disminuyan las patologías asociadas a una nutrición inadecuada y, en segundo lugar, en la promoción de una práctica de actividad física saludable y continuada, como pilares básicos (ambos aspectos) en la prevención y tratamiento de enfermedades como la obesidad; todo esto se presenta a través de un lenguaje asequible, rico, inteligente y dirigido y adaptado a los jóvenes de Secundaria.
Fernando Gómez Mancha, sensibilizado por el constante incremento de la obesidad infantil, considerada como la epidemia del siglo XXI por la OMS, y constituyendo en la actualidad una de las principales preocupaciones de las autoridades sanitarias de los países desarrollados, pretende invitar a los menores a abrir el libro, en el cual, mediante ilustraciones con diálogos de fácil comprensión y un continuo despliegue de valores como la cooperación, interculturalidad, coeducación, amistad, unión, compromiso, persistencia… entre los protagonistas (Eli, Gugui, Fran, Loli, Baldo, Tebi…), se persigue transmitir las actitudes, comportamientos y los conocimientos necesarios para aprender a manejar la salud como un recurso fundamental para la vida.
En definitiva, el presente trabajo se convierte en una reivindicación del poder de las palabras como una nueva y firme herramienta de transformación social desde el área de Educación Física, situando por lo tanto a la Lectura como un evidente e indiscutible recurso educativo de apoyo en la educación para la salud.
Alejandro Buzón Hoyos